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¿Podemos hablar de movimientos nuevos en la danza?

   Concepto de movimientos similares

Es una respuesta muy compleja, puesto que pareciera que para quien toma constantemente clase de danza que cada una es un mundo nuevo que exige corporalidad distinta, además que confluyen el estado de ánimo, emociones, correlación de la práctica con la historia personal, la energía, la fuerza que pueda generar ese día, y, principalmente, difinir qué entiende cada uno por movimiento. Desde la complejidad nacen elementos comunes para ir acercando esta explicación. Este apartado busca denotar que el análisis del movimiento es multidisciplinar, desde la filosofía como la neurociencia, desde una perspectiva de generar un punto de partida para su reflexión personal, que será personal puesto que todos comenzarán desde un conocimiento práctico y teórico distinto.

 

Una cosa es lo particular y otro la globalidad

 

La particularidad. La primera gran delimitación que podemos hacer es que desde una visión cinética y cinemática del movimiento, es decir del estudio de los movimientos de las articulaciones y de las fuerzas que interactúan en el movimiento, es muy complejo que a pesar de que –siguiendo la teoría de patrones de movimientos- quiera hacer varias veces un movimiento que tengo muy bien aprendido y consolidado como memoria, salga dos veces igual.

A pesar de que tenga ya el movimiento que quiero realizar, es decir el patrón de movimiento en mi sistema nervioso central determinado, lo que realiza el cerebro es que piensa y guarda memoria de acciones y no de un rango de movimiento articular en específico cuantificado, ni fuerza muscular en específica cuantificada. No ostenta la precisión de guardar el “realizar plié con 5,8746685 newtons de fuerza y 52,38712 grados de rotación externa de cadera”, sino con aproximados que con la práctica cada vez se acercan más a un valor.

 

 Esto es tan sencillo como pedir a una persona que haga un movimiento dos veces, que tenga muy aprendido, y medir con electromiografía el valor -los decimales incluidos- de la fuerza que genera. Es decir, tendríamos que generar cientos o miles de veces un movimiento para que tuviese la misma fuerza muscular y los mismos grados articulares, con todos los decimales, de todas las articulaciones y músculos implicados, dos veces. Incluso cada vez que lo intentamos en una misma sesión nuestro cuerpo puede ir generando fatiga, lo que baja la probabilidad de generarlo igual dos veces. Desde aquí que se genera una diferenciación entre cuando hablamos de un movimiento en lo particular –análisis cinético y cinemático-, en contraste con un análisis general desde la apreciación de un espectador al movimiento realizado por otro. Por eso podemos ver grandes obras de ballet varias veces y nos parecen que hacen los mismos movimientos. Ahí nos tenemos que preguntar: ¿Realmente en las particularidades es el mismo? Por eso mismo es que muchas y muchos bailarines tienen la sensación subjetiva de “en este movimiento no me sentí tan bien”, “me sentí muy tenso”, etc, puesto que pueden haber generado mayor activación que les aumento el tono general del cuerpo, etc. Sería más correcto que un profesor, profesora, coreógrafo, coreógrafa,  solicitara que se ejecutara un movimiento dos veces de manera “similar”, pues aunque le pida que lo repita “igual”, es más probable que no lo logre.

 

Lo general del movimiento. Despejada ya la incógnita de lo particular, vamos con un análisis más funcional a la danza, es decir un movimiento que se observe relativamente parecido.

La pregunta inicial es: ¿Qué elementos reconozco en un movimiento para pensar que lo ejecutó de manera correcta? Ahí depende, primeramente, de la corriente de danza que hablemos. Algunos buscan que el movimiento comience de coronilla o coxis. En otros casos que marque diagonales en el espacio, entre otros. De cualquiera de estas maneras, lo que buscamos observar es cómo se mueven los segmentos y las articulaciones.

Cuando observo un movimiento a realizar, lo que genera mi cerebro es tomar toda la información de aquel movimiento que veo, de mí y de mi entorno, para llegar en milisegundos a una conclusión o predicción de cómo realizarlo. Algunos autores como el neurfisiólogo Eric Kandel lo llaman “configuración abstracta del movimiento”, puesto que la información que se guarde, como dijimos, es cómo ejecutar el movimiento pero no cuantificadamente la fuerza y el ángulo de movimiento. Cada vez que ejecuto el movimiento, siguiendo esta línea de pensamiento, voy dando un feedback a mi cerebro de cómo lo ejecuté –mecanismo feedback-, por lo que voy generando una corrección, ya sea consciente o inconsciente. Es decir, si la ejecuto una vez el movimiento, este la vez siguiente vendrá con una corrección incorporada, que puede ser o no visible para el espectador, por lo que cada movimiento variaría levemente.

Estas correcciones o feedbacks no son sólo para ejecutar cada vez mejor un movimiento, sino que personas con muchos años de experiencia en similares movimientos –como lo es el ballet- las ocupan para adaptarse a cambios del entorno –cambio de suelo para danzar, coordinarse con una música, alguna emoción que genere la música que me haga variar mi corporalidad, etc- como para poder realizar organizar cómo harán la transición de un movimiento a otro –es decir, armar una secuencia de movimiento.

 

Esto dicho para colocar la reflexión de que el cerebro siempre va variando hasta el movimiento que parece más consolidado y “sabido”, pero una cosa es lo que pasa internamente y otra es lo que se ve visualmente desde afuera, puesto que cambios muy pequeños muchas veces son imperceptibles al ojo humano.

 

Entonces, a nivel cerebral también se minimiza –nunca descarta- la posibilidad de tener dos veces exactamente el mismo patrón de movimiento a realizar, pero de una manera visual más general puede verse igual dos veces.

 

Memoria, o no, de mi historia. Ahora, un tercer tema es en la ejecución de los movimientos que nunca he practicado. ¿Realmente este movimiento es nuevo?

Desde temprana edad el juego es la forma de descubrir el mundo y adquirir habilidades motoras y de sociabilidad, generando esta interacción persona-ambiente clave para nuestro desarrollo, lo que se observa en claros ejemplos en niños y niñas que tienen largas hospitalizaciones en tempranos meses de vida. Dentro de este juego cotidiano de niños, que duran años, está la danza. La definición de danza es un elemento complejo, en especial la danza contemporánea, puesto que no debe estar sólo en una sala de clases o de ensayo para danzarla, además que esta se basa en movimientos que no están delimitados y que muchas veces nos recuerdan, o directamente se trabaja con, juegos de niños y nuestro desarrollo motor desde la infancia.

 

En esta forma de ver, es que muchas veces al encontrarnos en un trabajo la subjetividad de haber llegado un movimiento “nuevo”, y una pregunta que aportaría a tensionar esta posible realidad de novedad es preguntarse si cuando niño ejecuté alguna vez este mismo. Es decir, a pesar de generar un movimiento que globalmente me haga pensar que jamás lo realicé antes, puede que en mis interacciones de temprana edad haya podido generarlo alguna vez y simplemente no recuerde que lo haya realizado. ¿Podemos recordar conscientemente todos los movimientos que realizamos desde niños o niñas? Incluso la improvisación, en un momento de menor estado de consciencia, nos terminan evocando movimientos que traen adjuntos sensaciones que nos transportan a la infancia.

Entendemos también que en lo particular es claramente probable que no lo haya realizado antes, más aún porque la morfología cambia con los años y por ende la capacidad de generar fuerza muscular máxima, aumenta la probabilidad de perder flexibilidad por sedentarismo, generamos distintas asociaciones de emociones relacionadas con la ejecución del movimiento, etc.

 

Lo emocional. Nos mueve la emoción. No somos máquinas que nos ejecutamos sin sentimientos, y desde ahí viene lo realmente interesante. Ha medida que exploramos un área de conocimiento, o simplemente jugamos, van cambiando las significancias que tenemos con ciertos elementos corporales. Por ejemplo, si para alguien siempre bailar en una fiesta fue gratificante, pero le piden realizar los mismos movimientos frente a un público, de seguro la contextualización variará tanto elementos más físicos como el tono postural, como una nueva generación de asociación positiva o negativa de ese movimiento con una emoción. Entonces, el ir realizando varias veces un movimiento, en especial en distintos contextos, genera nuevas interacciones entre emociones-movimientos, lo que hará que estos vayan variando y que no los pueda realizar dos veces igual, puesto que mientras más los repita más posibilidades existen que varíen su significancia en mí -desde una visión de neurociencia es por la interacción entre los ganglios basales y la amígdala cerebral.

 

En conclusión, es más probable que cada movimiento que realizamos sea nuevo, a pesar de que insistentemente estemos practicando uno o una secuencia de estos, puesto que los elementos cinéticos y cinemáticos, es decir rango de movimiento de las articulaciones, generación de fuerzas, etc, son algo que varía en cada ejecución en su precisión más fina, puesto que el cerebro guarda patrones de movimientos y no un número exacto de fuerza muscular o de cuánto se mueve la articulación. Incluso, los patrones de movimientos que guardamos como memoria, con cada ejecución van recibiendo un feedback –teoría de control motor, mecanismo feedback- lo que los va corrigiendo y perfeccionando, más aún si vamos realizando los movimientos en distintos contextos y me van generando distintos significados, como más alegría, tristeza por no poder realizarlos tan bien, más confianza por una buena ejecución, etc. Con la práctica voy ajustando cada vez más los movimientos disminuyendo su grado de variabilidad y realizando ejecuciones globales más precisas, pero que igualmente pueden variar entre sí, por lo que un correcto uso del lenguaje sería pedir al alumno/intérprete que haga el movimiento similar más que igual.  Además, cuando estoy intentando ejecutar movimientos que no haya realizado antes, siempre debe quedar la duda si cuando jugué cuando pequeño jamás hice el mismo movimiento, en lo global, a pesar de que nuestra morfología e intereses van cambiando con los años.

¿Qué defines por movimiento?

"Hágalo similar, no igual"

Por:

Alfonso Castillo Fernández

Kinesiólogo Universidad de Chile

Estudiante de licenciatura en artes mención danza Universidad de Chile

Diplomado (c) en danza Universidad de Chile

Núcleo de Investigación en técnica académica, departamento de danza Universidad de Chile

Director y creador de plataforma Apuntes neuro-musculares para danza y artes escénicas

Investigador en danza y neurociencia

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