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Danza y adultos mayores

La cantidad de adultos mayores en la población van aumentando con cada año que pasa, y según el país desde que lo lean, en algún momento en los próximos años serán igual o mayor en cantidad que la cantidad de población menor de 15 años, por ende el poder darles una buena calidad de vida es una necesidad, y la danza tiene efectos positivos para lograr este objetivo, reportados y que veremos a continuación:

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Danza y adulto mayor: ¿Qué evidencia hay que sirva para los abuelos?

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El envejecimiento es un proceso fisiológico, es decir natural, en donde se observa un declive normal de la funcionalidad de las personas (Marín. 2013), pero que es enormemente heterogéneo entre individuos. Ahora, a raíz de patologías u otros eventos adversos puede haber una disminución adicional y no fisiológica de la funcionalidad, pero que puede mejorar en diferentes grados mediante a tratamientos, como el ejercicio. (Kattenstroth, et al. 2013) Actualmente se observan cambios demográficos que se producen en los países desarrollados y subdesarrollados, que se caracterizan por un aumento de la probabilidad de llegar a la vejez. (Marín. 2013. Kattenstroth, et al. 2013)

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Un concepto básico en geriatría, es el de fragilidad en adultos mayores. Siguiendo el texto de Marín (2004), un acercamiento a una definición de esta es que la fragilidad "resulta de la disminución de la capacidad de reserva que lleva a la discapacidad y precipita la institucionalización (casas de reposo, u otras) o muerte." Esto dispone al adulto mayor a una situación de vulnerabilidad, tanto a su medio interno como externo, en gran parte por la pérdida normal (por el paso de los años) de la reserva fisiológica. Es decir, ellos presentan una menor capacidad en la homeostasia fisiológica que un sujeto más joven. 

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Explicado de otro modo, cuando uno es joven puede sufrir algún evento, ya sea lesión musculoesquelética, o cuadros respiratorios, que nos con coloca en riesgo de perder nuestra homeostasis, pero tenemos aún una "reserva" que es 'normal' (fisiológica) que hace que no crucemos la línea que nos lleva a dependencia, discapacidad o, en el peor caso, muerte. Esta reserva la tenemos porque realizamos mayor actividad física, mental, sociabilizamos. Esto se pierde con el paso del tiempo, con distintas velocidades de pérdida según la calidad de vida y actividades de las personas. 

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Citado del teto de Marín, los principales factores de riesgo de fragilidad serían un compendio de los problemas derivados de:

  • El envejecimiento biológico, alteraciones del equilibrio y marcha por múltiples discapacidades (sensoriales, musculares, equilibrio, etc.)

  • Enfermedades agudas o crónicas reagudizadas (conocidas o no), factores de riesgo en cuanto a abusos (estilos de vida, factores sociales y económicos).

  • Factores de riesgo en cuanto a desuso (inactividad, inmovilidad, déficit nutricional).

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Bailar se utiliza cada vez más como una intervención, ya que combina muchas diversas características, por lo que es una herramienta prometedora de neuroplasticidad, es decir de re-adaptación de la actividad de las neuronas (Kattenstroth, et al. 2013)

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¿Qué se investigó?
Los investigadores Kattenstroch y otros, en el año 2013, investigaron los efectos del baile en adultos mayores: (Kattenstroth, et al. 2013)

Se observaron, un grupo de adultos mayores sanos con 1 hora por semana por 6 meses de danza y otro grupo sin danza. Se realizó una amplia evaluación de cognición, inteligencia, atención, tiempo de reacción, movimientos, tacto, rendimiento postural, bienestar subjetivo, el trabajo cardíaco y respiratorio.

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Después de 6 meses, el grupo sin danza estaba con igual o peor rendimiento. En cambio, en el grupo con danza se encontraron efectos beneficiosos para la postura y los tiempos de reacción, para la cognición, el tácto, el rendimiento motor y el bienestar subjetivo. No hubo alteraciones en el rendimiento cardíaco y respiratorio, a diferencia de la disminución del grupo sin danza. La mejoría tras la intervención reveló que aquellos individuos, que se beneficiaron más de la intervención, fueron los que mostraron el rendimiento más bajo antes de la intervención.

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Los autores concluyeron que la falta de cambios en la capacidad cardíaca y respiratoria indica que incluso los niveles moderados de actividad física pueden, en combinación con una rica estimulación cognitiva, participación social y trabajo emocional, actuar para mejorar un amplio espectro de declive relacionado con la edad.

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Prevención de caídas:

Las caídas en adultos mayores es un evento muy discapacitante en adultos mayores, siendo causa principal de morbilidad, uso de atención médica y mortalidad, puesto que tienden a llevar a fracturas de cadera, principalmente, y en algunos casos también de rodilla. (Veronese, N., et al. 2017) Adultos mayores frágiles, en donde se observan problemas de estabilidad y equilibrio, tienden a presentar mayor riesgo, y la actividad y ejercicio físico son maneras de disminuir esta fragilidad. 

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Dejamos este apartado principalmente porque es un campo abierto a investigar por quienes se interesen científicamente en este tema, pues los autores Veronese, et al. (2017) realizaron una revisión sistemática de ensayos controlados aleatorios teniendo en cuenta los beneficios de la danza en las caídas y el miedo a caer en los adultos mayores, en donde por la poca cantidad de investigaciones sólo hubieron indicios de que la danza puede reducir el miedo a caerse, existiendo falta de seguimiento a largo plazo excluyen cualquier conclusión firme.

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En extenso, en cuatro estudios la terapia de baile redujo las caídas frente a la atención habitual en solo un estudio, y mejoró el miedo a caer en dos de los tres estudios incluidos. No se informaron eventos adversos graves en estos. Si bien no se pueden extraer conclusiones firmes, según los autores "la danza parece ser segura y, dada su popularidad y los beneficios demostrados en otros resultados de salud / bienestar en adultos mayores, es importante que la investigación futura considere sus beneficios potenciales sobre las caídas / miedo a caer en la vejez."

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Recomendaciones para quienes dicten clases a adultos mayores:

  • Hay una variabilidad de condiciones que se pueden encontrar en adultos mayores, desde personas con muy buena condiciones física, red de apoyo, sin fragilidad, como otros muy frágiles (pluripatológicos, polifarmacia, sin red de apoyo, entre otras). Es por ello que es importante preguntar previamente en torno a la existencia de patologías crónicas o agudas, y si están controladas, como lo es la hipertensión, diabetes, patologías de corazón, problemas de equilibrio, entre otros. Si tienen alguna duda, siempre consultar a profesionales de la salud (médicos, kinesiólogos) sobre la posibilidad de realizar actividad física. 

  • Siempre preguntar durante la realización física el nivel de cansancio, fatiga, si hay ahogo, mareos, de manera continua, en especial en primeras clases, y tener un seguimiento a las personas sobre cómo van progresando. Recomendamos revisar escala de Borg (m), escala EVA, valoración geriátrica integral (VGI).

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Alfonso

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Bibliografía:

  • Fragilidad en el adulto mayor y valoración geriátrica integral (2004). Pedro Marín. Reumatología; 20(2): 54-57.

  • Six months of dance intervention enhances postural, sensorimotor, and cognitive performance in elderly without affecting cardio-respiratory functions (2013) J Kattenstroth T Kalisch, S Holt, M Tegenthoff, H Dinse. Front Aging Neurosci. 2013; 5: 5. Published online 2013 Feb 26

  • Dance movement therapy and falls prevention (2017) Veronese, N., Maggia, S., Schofield, P., Stubb, B. Maturitas. Volume 102, August 2017, Pages 1-5

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